El estilo Demure en decoración se caracteriza por la elegancia sutil, la modestia y la sofisticación. Sus elementos clave incluyen:
Colores suaves y neutros: Predominan los tonos como el blanco, gris suave, crema o beige con toques de colores pastel para añadir un poco de color sin exageraciones como un rosa empolvado o verde menta. Estos colores aportan calidez y orden, creando un espacio limpio y tranquilo. El estilo escandinavo chic y las plantas de hoja verde son la decoración perfecta.
Sencillez y elegancia: Los muebles y decoraciones tienen líneas limpias, priorizando la calidad de los materiales sobre lo ostentoso. Elementos de madera, piedra o cerámica. Piezas artesanales, como jarrones o velas de cerámica.
Texturas naturales: Materiales como la madera clara, el lino y el mármol son comunes, aportando calidez y carácter sin saturar el espacio.
Textiles mullidos y con texturas suaves y cálidas, como la lana, el terciopelo o el efecto peluche.
Iluminación suave: Se prefiere la luz natural o artificial tenue, con lámparas discretas con pantallas de tela que crean un ambiente acogedor. Lámparas de sobremesa o fuentes de luz indirecta para darle un toque cálido y refinado a cualquier estancia.
Detalles delicados: Los accesorios son pocos y bien seleccionados, con diseños sencillos y refinados. Platos de barro pintados a mano y servilletas de lino atadas de forma sencilla. Flores discretas, en tonos blancos.
Ambiente ordenado: Se promueve la funcionalidad, manteniendo los espacios libres de desorden.
Inspiración clásica: Se inspira en estilos como el neoclásico, pero con un enfoque minimalista y contemporáneo.
En definitiva, el estilo Demure busca crear un ambiente de calma, equilibrio y belleza discreta, ideal para quienes desean un espacio acogedor y elegante sin elementos llamativos.
Refleja un estilo de vida minimalista, modesto y consciente, donde los detalles sencillos, sostenibles y discretos son clave.
Estancias acogedoras y elegantes, priorizando la simplicidad y la naturalidad.
Este enfoque resalta una vida estética pero consciente en la que predomina la autenticidad y el confort sobre lo ostentoso o excesivo.